Estaba en el bus de nuestro tour, recostada en la ventana, mirando hacia afuera, y de repente, el paisaje comenzó a cambiar; la arquitectura de los edificios comenzó a parecerse a la de los cuentos de hadas. ¡Llegamos a París! Lo sé, puede parecer que estoy exagerando, pero mi fascinación por la ciudad de las luces y del amor, ¡es real! No les miento, después de 30 años escuchando del esplendor de París, esperaba que la ciudad no satisficiera por completo mis expectativas. Sin embargo, las superó. Como dije en mis “stories” de París en Instagram: mi corazón es boricua, pero mi alma es parisiena. Aquí les cuento de nuestros días en París, que para mi esposo y para mí, fueron muy pocos. Seríamos felices pasando una semana entera en esta ciudad. Algún día, así lo haremos.
Uno de los “cons” de viajar con agencias, es que no puedes escoger los hoteles en donde vas a hospedarte. Hay veces que resultan ser lindos y buenos, otras veces no corres con la misma suerte. En este caso, tuvimos la dicha de hospedarnos en el Hotel Mercure, el cual sí recomendamos para estadías en París. La localización no es extremadamente céntrica, o sea, no puedes caminar a la torre y al medio de París, pero sí es muy bonito, estaba limpio, el staff fue muy servicial y el restaurante nada mal. Aquí les dejo el “room tour” por si lo quieren ver.
Para transportarnos, usamos Uber cuando no andábamos con el bus del grupo y nos funcionó súper bien. No usamos el tren porque no nos fue recomendado por la seguridad.
En cuanto a temperatura (nosotros fuimos en septiembre), fue un poco más frío de lo que esperábamos, pero nada insoportable. Con un abrigo regular o un buen blazer, usualmente resolvíamos en las mañanas, que es cuando más frío estaba.
Visita a Versailles
Al igual que tiene cosas no tan buenas, viajar con agencias tiene sus ventajas. Una de ellas: el no tener que reservar tours de atracciones como el Versailles ni buscar transportación para ellas. Así fue en nuestro caso. Pagamos el tour a través de la agencia y ellos se encargaron de reservar taquillas y llevarnos (Versailles está bien retirado de la ciudad). El Palacio de Versailles, aun cuando septiembre no era un mes de temporada alta, estaba bastante lleno. Creo que la mejor manera de ir es con un grupo (en tour), ya que no sólo disfrutas de las vistas hermosas y la espectacularidad del palacio, sino que escuchas la historia detrás de cada cosa. De igual manera creo que es más seguro que ir solo. Una de las cosas bien importantes a recordar en el Versailles, es que los carteristas (personas que se dedican a robar carteras y/o cosas que están dentro de las carteras y bultos) compran boletos de entrada para robar adentro, cuando hay mucha gente en un salón y la gente roza unos con otros. Nosotros mantuvimos backpacks y carteras en la parte del frente siempre para estar pendientes. Pero en general, fue una visita hermosa y repleta de historia. Aquí pueden ver más de mi experiencia en Versailles.
Shopping en Champs-Élysées
No puedo escuchar Champs-Élysées sin cantar la canción en mi mente. La gran avenida que comienza en el Arc de Triomphe está llena de tiendas de lujo, restaurantes, y un poco más. Aun cuando no tengas en mente comprar, recomiendo un paseo por esta hermosa avenida. El simple hecho de ver las vitrinas de las tiendas de lujo hace de la caminata un disfrute. Mis vitrinas favoritas: Oscar de La Renta, Hermes, Alaia y Louis Vuitton. Los destacados de esta avenida para nosotros fueron la tienda Dior, el restaurante Ladurée (más de eso un poco más adelante) y la tienda Monoprix (una tienda hermosa con música en vivo, comparable con un Zara, quizás, que nos gustó tanto a los chicos como a las chicas). Pudimos entrar a la tienda Dior que además de ser una boutique, es un café, y una exhibición tipo museo. Si pueden entrar, lo recomiendo, ¡es hermoso! Yo me llevé mi primera pieza Dior, un detallito para recordar el memorable momento. Aquí les dejo un “reel” de mi visita a Dior y el “unboxing” de la pieza que compré.
Un picnic en la Tour Eiffel
Yo soñaba con sentarme frente a la Torre Eiffel y tener un picnic desde hace mucho tiempo, ¡y se los súper recomiendo! El mejor momento para hacerlo es en la mañana porque se aglomera mucho menos gente y la vista está mucho más despejada. Así que nos levantamos, fuimos a un café cerca de la torre, compramos un cafecito y un croissant y nos sentamos con una sábana en el parque frente a la espectacular obra de arte que, déjenme decirles, es mucho más grande en persona. Amé la experiencia; sencilla y económica, pero grandiosa. ¡Extra tip! Éste es el mejor momento para tirar fotos también ya que, como es temprano, tienes una vista casi completamente despejada para las fotos en la torre. Aquí les dejo el “reel” del picnic en la torre.
Caminata por Rue l’Université
“Bloggera” al fin, una de las cosas para las cuales hice mucho “research”, fueron lugares estratégicos para tirar fotos con la torre y pocas personas. Uno de esos “spots” fue la Rue de l’Université: una calle hermosa con vista de la torre en donde encontré una floristería pequeña de donde mi esposo me compró un ramo de flores y nos sacamos unas fotos súper románticas. Muy cerca de esta calle se encuentra Sq. Rapp: otro “spot” que visitamos de donde se ve un edificio espectacular con un jardín de un lado, y del otro, ¡la torre otra vez! Es perfecto para fotos y súper solitario. Puedes ver más de la Rue l’Université en este “reel”.
París Iluminado
Otra cosa que hicimos gracias a la agencia fue el tour de París Iluminado. Básicamente te llevan por los lugares más icónicos de París, en la noche. Nuestros favoritos: Palais Garnier, el Arc de Triomphe y por supuesto, la Tour Eiffel. ¡Fue espectacular! Mira el “reel” de París Iluminado.
Le Musset
De mis recomendaciones de restaurantes, éste es el único que no planificamos: fue una linda coincidencia. Empiezo por comentarles que nuestro almuerzo en Musset fue uno con el tiempo limitado, ya que teníamos que regresar al grupo con el que estábamos. Sabiendo esto, el staff se acomodó completa y servicialmente a nosotros. Nos ayudaron a cumplir nuestro “deadline” sin comprometer su excelencia ni sabor en sus platos. La comida estivo exquisita, el ambiente súper acogedor y fabuloso y definitivamente volveríamos a visitar en otra ocasión.
Monsieur Bleu
Levantarme a las 4am para hacer una reservación de restaurante valió la pena. Ese fue el caso de Monsieur Bleu y CoCo. Para éstos, debes intentar reservar 2 semanas antes del día en que quieres la reservación. Si como yo, aun así no lo logras, puedes escribir un email pidiendo una reservación. Ambos restaurantes son de la misma cadena, pero cada uno tiene su propio encanto. El salón interior en Monsieur Bleu es bellísimo, pero el espectáculo de este restaurante es su terraza, desde donde se ve la Torre Eiffel. Comer con esa vista es un sueño. El servicio fue impecable; hacía un poco de frío cuando llegamos y nos ofrecieron sábanas con monogramas del logo del restaurante para calentarnos. La comida es bien francesa; bien, bien francesa. Menciono eso porque la cocina francesa es bien distinta y peculiar. Pero si como mi esposo y yo, eres de probar cosas distintas y de un paladar aventurero al viajar, te va a gustar. Aquí puedes ver mi “reel” en Monsieur Bleu comiendo frente a la torre.
Maison Ladurée
Posiblemente has escuchado hablar de los famosos macarons de Laduerée. Este famosísimo local francés vende los más conocidos macarons del mundo. Pero no solo vende macarons, también vende comida. Nosotros logramos almorzar en el hermoso establecimiento y nos encantó. Para este almuerzo, no hicimos reservación así que sí tuvimos que esperar un poco para ser sentados. El lugar es espectacularmente bello. No hay un solo rincón que no sea lindo. El techo, las paredes, hasta el baño son parecidos a los de un palacio. La comida fue muy rica y por supuesto nos llevamos una cajita de macarons para que no nos cuenten.
CoCo
Una de mis experiencias favoritas en todo nuestro viaje a Europa fue nuestra cena en CoCo. ¡Cómo comenzar! Empecemos por mencionar que el restaurante en sí es una obra de arte. El solo estar allí fue un sueño. Además, la comida fue riquísima y de una calidad exquisita. El servicio fue impecable y el staff súper amable. Como si fuera poco, había música en vivo que ponía una cherry en el pastel de un ambiente que ya era súper romántico y glamoroso. Una chica con una voz angelical junto con un chico que entonaba la guitarra, pasaban por las mesas a deleitarnos con serenatas de hermosas canciones. No les miento cuando les digo que se me salieron las lágrimas de la felicidad. Esta noche fue, definitivamente, mi cena favorita de todas. Me encantaría regresar con mi esposo.
¿Quieres ver más de París? Aquí dejo un “reel” de mis “outfits” en la ciudad del amor; aquí está la primera parte de mis highlights de París y la segunda parte de mis highlights de París en donde comparto un “haul” de lo que compré.
2 comments
¡Volví a viajar!
Magnifique
Bravo, tres bien!
💜 merci beaucoup!