Poeta en Navidad 2023: un año especial

by Estefanía Díaz

Nuestra decoración de navidad es tradicional en todo el sentido de la palabra. Primero porque en sí, el tema es bien clásico. Segundo, porque nuestra decoración es tradición. Todos los años ponemos básicamente la misma decoración, añadiendo solo algunos detallitos pero dejando en sí la misma raíz. Este año, añadimos nuestros nuevos ornamentos en el árbol (puedes ver el reel aquí), y uno que otro detallito nuevo. En general, mi meta fue añadir más verde a la decoración. Así que muchos de los nuevos detallitos son de ese color. También quise mantener las áreas un poco más mínimas y sencillas. Por eso podrás notar que este año no utilicé mi truquito de siempre de poner ornamentos en las mesas y superficies para “rellenar”, sino que lo dejé todo más simplificado.
Este año es extra especial porque es nuestra primera navidad con nuestra hija Esmeralda (fuera del vientre). Por esto, en vez de buscar fotos de años anteriores para tratar de emular la decoración exactamente igual, decidimos usar la misma decoración, pero dejarnos inspirar para ubicar las cosas en lugares nuevos o de maneras distintas. Así logramos un “look” fresco sin tener que comprar una decoración completamente nueva. Aquí les enseño cómo cambió nuestra decoración en comparación con el año (o los años) pasado.

El árbol es el mismo del año anterior y en esencia sigue siendo un árbol clásico, con ornamentos elegantes, brillantes en colores rojo, dorado y blanco. Sin embargo, todos los años añadimos ornamentos que marcan momentos especiales para nosotros, así que este año hay uno que otro nuevo referentes a nuestra princesa. Además, añadí unos cuantos de color blanco y de color dorado, para rellenarlo un poco mejor y que se vea más vivo. Debajo del árbol sigue estando nuestro nacimiento y nuestro tren de todos los años y en la mesa del tocadiscos, decidí simplificar un poco añadiendo solamente el Santa de esa esquinita (éste no lo movimos de lugar porque sentimos que pertenece con el tocadiscos), y una vela a su lado y nada más.

Éste espacio es mi favorito en este año. Hicimos varios cambios comenzando con el tema general de este rincón: “nutcracker forest”. Decidí nombrarlo así porque es un “display” de varios nutcrackers de nuestra colección y de arbolitos minimalistas que usamos para ambientar.
El cambio más importante y emocional de nuestro rincón de lectura es la nueva bota colgando del librero con el nombre de Esme. Desde el año que nos casamos, compré unas botas personalizadas con nuestros apodos de la infancia (Majo y Fany). Este año tenemos un nuevo apodo: Esme. La emoción que me de al escribir esto es inexplicable.
Además de eso, en cuanto al librero se refiere, quisimos también mantener las decoraciones a un mínimo, por lo que solo añadimos un arbolito en tela tartán y un nutcracker que trajimos de Alemania al lado de nuestras iniciales en el tope del librero. Ambas cosas iban perfectamente con nuestro tema.
Otro cambio visible es la mesa del centro de las butacas. En ésta tenemos otro nutcracker con vestimenta en tartán acompañado de tres árboles verdes minimalistas de distintas estaturas para añadir dimensión. En esta mesa están los periódicos que tradicionalmente traemos de cada ciudad del mundo que visitamos y encima, un nacimiento que trajimos de Italia de nuestra luna de miel.
Por último, hay una nueva mesita de esquina en la pared en la que pusimos otro de los nutcrackers que trajimos de Alemania y un marco verde (que el año pasado estaba en el comedor) con una foto navideña que sentimos va perfecta en esta esquinita. Al lado de la mesa está parado otro nutcracker para terminar la colección que vive en nuestro rincón de lectura.

En nuestra sala se comienza a ver la evidencia de que hay una nueva bebé en nuestra casa. Al lado de nuestro arbolito de esa esquinita, tenemos el “swing” de Esmeralda que ahora se posiciona entre el árbol y el televisor. Para hacerlo navideño le añadimos un peluche de Esme de Santa. Al tener este cambio, nos reinventamos con al lugar en donde pusimos el “vinyl stand” que usualmente acompaña al árbol pero este año está al otro lado del televisor. A su vez, la escalera de fotos que se encontraba en esa esquina, pasó a estar en el comedor. En la mesa del televisor quisimos minimizar las decoraciones por lo que este año pusimos un arbolito y dos velas a los lados.
Aunque la mesa del centro de nuestra sala es casi la misma, minimizamos también las decoraciones en la bandeja que ahí se encuentra y añadimos un libro navideño de color verde y otros debajo con colores anaranjado y crema, que nos encantó añadieron diversión a la sala, sin abrumar el espacio.
En los sillones, dejamos los mismos cojines navideños que nos encantan. En la mesa de esquina al lado del sofá, cambiamos el look intercambiando el muñeco de nieve que siempre poníamos, por un venado de tela tartán que antes ubicábamos en las tablillas del comedor. Encima de los libros de la mesita, pusimos uno del nutcracker con portada roja que se ve súper navideño. Para seguir añadiendo verde, completamos nuestra mesita de esquina con tres arbolitos minimalistas al lado de los libros de la mesa y una vela del mismo color.

En el comedor hicimos varios cambios que nos encantaron. Comenzamos cambiando el concepto en nuestro armario de comedor. Intercambiamos el “runner” del patrón tartán verde que siempre hemos puesto encima del armario, por uno más simple color crema, que hace que resalten las decoraciones de encima. Entonces, reusamos el “runner” verde para nuestra mesa del comedor. Volviendo al armario de comedor, minimizamos el espacio dejando como punto focal, el nacimiento de colores neutrales que tenemos encima. Alrededor del nacimiento, ambientamos con un “garland” de pino que añadió más verde al espacio, y le pusimos luces de batería para hacerlo más mágico.
En la mesa de comedor, intercambiamos el “runner” blanco que tenemos durante el año, por el verde del patrón tartán que solíamos poner en el armario de comedor. Esto le dio una nueva vida al comedor que, aún con los mismos platos, servilletas, servilleteros y “placemats” de los años anteriores, cobró una novedosa magia navideña con tan pequeño cambio. Un cambio adicional que hicimos en el comedor fur intercambiar el centro de mesa, Usualmente dejamos el mismo del año entero. Este año, para seguir con los detalles verdes, pusimos un árbol minimalista que aún cuando no tiene adornos ni ningún otro color, hace un “statement” en el comedor.
Por último en el comedor, cambiamos las decoraciones de las tablillas. Algunas de las decoraciones, simplemente las cambiamos de orden y con eso fue suficiente para que se viera distinto. Otras, las trajimos de otras partes de la casa para lograr ese look fresco.

¿Qué les pareció? Gracias por visitar Poeta Ocasional.

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