¡Hola Madrid! Como saben, hace unas semanas, mi esposo y yo estuvimos visitando varias ciudades de España. Como prometido, en este post les cuento ¡todo! Desde dónde les saludábamos en las mañanas, a dónde fuimos a conocer más, en dónde nos dimos los gustitos comprando y más importante aún, en dónde deleitamos nuestro paladar. Y como es mucho lo que quiero contarles, comencemos.
Hola desde el Hotel Emperador en La Gran Vía. La razón por la cual la famosa Gran Vía no estaba en mi lista de sitios por visitar es porque nos estuvimos quedando en ella. Con eso les cuento lo mejor del Hotel Emperador: localización. La localización para mí es importante no solo por la vista espectacular desde tu habitación, sino también por lo que nos economizamos en taxis y transportación. Fueron minoría las veces que tuvimos que agarrar un taxi para transportarnos porque podíamos caminar a muchos de los sitios a los cuales queríamos llegar. Los restaurantes, las tiendas, el punto de partida de los tours, todos eran a una distancia razonable para caminar. A parte de eso, sí, es muy bonito estéticamente el hotel. Tanto la arquitectura del edificio como el diseño royal del interior nos llamó mucho la atención. El Emperador también tiene una piscina en el techo del edificio, con un alrededor bien bonito que cuenta con barra y restaurante de tapas. Aunque no nos llamó mucho la atención el menú de comida, definitivamente fue súper chévere subir y ver la vista desde el techo del Emperador. La habitación que escogimos (Club con balcón) era sencilla pero bonita; siendo la estrella de la habitación la vista desde el balcón hacia la Gran Vía. Lo único que no amé de nuestra habitación fue que no tenía un espejo de cuerpo entero para ver mi outfit antes de salir a mi día. Pero eso no me haría no escoger al Hotel Emperador si estoy de nuevo en Madrid.
El Palacio Real
A donde estábamos seguros que no queríamos dejar de ir era a visitar a nuestros amigos los reyes en el Palacio Real. Resulta que se mudaron hace años, pero aun así nos dimos el tour por su casita modesta. Fuera de mis bromas, creo que de todo lo que hicimos en Madrid, habiendo ya visto cada cosa y sabiendo lo que sé, hubiese sido una pena si no hubiésemos ido al Palacio Real. Ya no es hogar de los reyes, pero sí de la historia de su país. Es impresionante, no solo ver lo que hay dentro, sino entender el significado de cada cosa. Por eso, decidimos dar la vuelta por el Palacio Real con un guía. Ahorramos la fila y nuestra visita tuvo mil veces más sentido al explicarnos y enseñarnos cada rincón del palacio.
El Museo del Prado
El Museo del Prado aloja muchísimas obras de mucha importancia que definitivamente nos encantó ver de primera mano. Aunque la exhibición que más me interesaba a mí (Picasso) estaba cerrada en el momento en que fuimos, sí fue bonito ver obras tantas históricas en el Museo del Prado, incluyendo una Mona Lisa que pintó un estudiante de Da Vinci simultáneamente en el estudio en dónde Da Vinci pintó la suya. Al museo no fuimos con guía. Compramos boletos con anticipación, entramos sin fila y lo vimos a nuestro paso.
Torres Bermejas Flamenco
Siendo amante de la música y del teatro, quise ir a ver un show de Flamenco en Torres Bermejas. Ambos el espectáculo y la comida fueron espectaculares. La comida, de hecho, fue de las mejores tapas españolas que comimos en Madrid. Eso sí, el teatro es pequeño, no hay mucho distanciamiento entre mesas y, en estos tiempos que estamos viviendo, eso no me hizo sentir cómoda.
El Palacio de Cristal
En medio del hermoso Parque El Retiro hay un palacio como ningún otro. En el Palacio de Cristal no cobran entrada, pero sí controlan el número de personas dentro. Esperamos unos 5 minutos para entrar y así nos vimos en medio de una burbuja de cristal entre tantos árboles. Parece sacado de un cuento de hadas. Mi esposo y yo aprovechamos para bailar y tener un momento bonito. Pueden vernos bailar aquí.
Madrid desde el cielo
En nuestros días en Madrid, mientras hacíamos nuestras cosas, seguimos escuchando muchas veces que teníamos que ir a este “rooftop bar” que tenía la mejor vista de la ciudad. Yo entre mí pensaba: pero si en nuestro hotel tenemos una vista de la ciudad desde el techo. Pero definitivamente es de esas cosas que tienes que experimentar para entender su esplendidez. Así fue con esto. Pagamos €10 para subir los 26 pisos y caminar en la plataforma de cristal que te da la sensación de que estás caminando en el aire a 300 pies de altura.
La Feria del Libro
Gracias a mis espectaculares “followers” de Instagram, me enteré de que en el momento en que yo visitaba a Madrid, estarían llevando a cabo la feria del libro hispanohablante más grande del mundo. Allí paramos una vez más en medio del parque El Retiro, mi esposo y yo emocionadísimos. La entrada fue sin costo, pero sí hicimos una fila de unos 15 minutos para entrar. Una vez adentro, nos encontramos con miles y miles de libros. Tantos eran que no nos dio tiempo de ver ni la mitad de las tienditas. ¡Qué experiencia más genial! Algo que probablemente se de una sola vez en la vida.
Nuestras compras las hicimos en El Corte Inglés, Las Rozas Village y las tiendas en La Gran Vía. Para muchas opciones de ropa, accesorios, zapatos, perfumería, maquillaje, electrónicos, todo en un mismo sitio, nos encantó EL Corte Inglés; es como si fueras a una tienda departamental enorme con marcas súper chéveres de un rango de precios variados. Para marcas de lujo con descuentos, nos dimos los gustitos en Las Rozas Village. Aquí vimos desde Burberry, hasta Gucci, Chloé, Coach, etc.; es como un outlet de tiendas de lujo. Me encantó. Mientras compramos en Las Rozas Village, fuimos a almorzar al restaurante con una pequeña terraza de la chef Cristina Oria y nos gustó mucho. Para tiendas como Zara, Bershka, Mango, Springfield, y muchas otras parecidas, nos paseamos por la Gran Vía y allí las encontramos. Haz click aquí para un vídeo en dónde enseño todo lo que compré.
La Margherita
Fuimos a almorzar en nuestro primer día a La Margherita en La Gran Vía a pasos de nuestro hotel. La comida era italiana. Nos encantó el servicio y el “look” del lugar, y la comida estaba muy buena. Pedí el Tagliatelle San Marzano (el que tiene una montaña de burrata encima) y me gustó mucho.
Oven
La vibra en Oven está súper cool. La estética es bien parecida a la que nos encanta a mí y mi esposo; tipo boutique hotel. Está ubicado en La Gran Vía también a pasos de nuestro hotel. Hay como dos restaurantes de una misma cadena en el mismo sitio: uno es de comida italiana y el otro de steaks y burgers. Nos fuimos por la italiana y ¡wow! La comida nos gustó mucho. Comí raviolis de ternera y lo recomiendo.
El Perro y la Galleta
Este fue de nuestros “date nights” favoritos en Madrid. Caminando un poco más fuimos una noche a El Perro y la Galleta: un restaurante con un chef dominicano que nos deleitó el paladar increíblemente. Comí raviolis de burrata con salsa tartufata y fue de los mejores platos que he probado en mi vida. Pedimos la famosa galleta (El Perro y la Galleta) de postre con helado de galleta y fue excelente también.
Numa Pompilio
Esta fue la mejor cena sin duda alguna. Numa Pompilio es de los mejores restaurantes italianos que hemos probado en general (incluyendo los que visitamos en Italia). Comencemos por el hermoso restaurante en general. Este sitio era tal que parecía que alguien se iba a casar. ¡Súper romántico! La terraza es igual de linda que el interior y se ve preciosa de día como para un almuerzo súper elegante. Aunque ya el lugar nos enamoró, mi plato me hizo amarlo mil veces más. Pedí el Tagliolini de setas en rueda de pecorino el cual te traen frente a la mesa y terminan de mezclar frente a ti. No exagero cuando digo que volvería a Madrid para pedirlo otra vez. Al terminar nuestros platos, pedimos el tiramisú de la casa el cual, también traen frente a la mesa y lo ensamblan frente a ti. Básicamente traen todos los ingredientes por sí solos y disfrutas del proceso de ensamblar el postre. Increíblemente rico.
Bloom
Sí, fui a este lugar por lo lindo que era. Pero me sorprendió. A Bloom fuimos el día que llegamos para una merienda (así hicimos la reservación). Comimos unos waffles con helado y chocolate y nos bebimos un coctel que era azul, vino dentro de un globo terráqueo, y prendían luces en el vaso cuando lo servimos. Si eso no es excelente presentación, no sé que más puede ser. La verdad es el sitio más girly que he visitado en el mundo y mi esposo me acompañó, pero se lo gozó conmigo. Bloom pertenece al Señor Salvador Bachiller quien, convenientemente, puso una tienda de cosas bonitas al lado del restaurante.
Chocolatería San Ginés
Nos dijeron: no te puedes ir de España sin probar el desayuno oficial, churros con chocolate. Y cuando se trata de churros con chocolate nos dicen que el mejor es la Chocolatería San Ginés. Así que nuestra última mañana en Madrid salimos temprano caminando a la chocolatería, compramos nuestros churros con chocolate y nos los llevamos a la habitación del hotel para deleitarnos con la vista de la Gran Vía en nuestra última comida en Madrid. Nos encantaron.
¿Quieres ver más de mi viaje a Madrid? Haz click aquí para ver un vídeo de cómo empaco y qué me llevé en mi maleta y haz click aquí para ver mis outfits del viaje en un reel divertido.
1 comment
Me encantó! Madrid está en agenda ❤