Transformando rincones: el de la sala

Dicen que la sala de un hogar es el lugar más visitado. Éste post probablemente será mi favorito de esta serie sólo porque podrán ver mucho más claro el antes y después del espacio. ¿A qué se debe? El 12 de abril del año pasado escribí un post en el blog llamado: Mi universo ecléctico: la sala.  ¡Mi primer post de decoración! En este les mencioné que mi eterno crush es mi apartamento, y sigue siendo así (sorry, babe). Les mencioné 10 piezas de la sala, dónde las conseguí, y un poquito detrás de cada adquisición. Les recomiendo que vayan a ver ese post antes de leer este. 

Para continuar mi serie Transformando rincones, les voy a detallar los 5 cambios (transformaciones) más significativos que mi prometido y yo le hicimos a la sala.

1. la alfombra

Cambiamos la alfombra gris claro por una un poco más sencilla, oscura y grande. Queríamos que la alfombra ocupara una mayor cantidad del espacio disponible en la sala. Consideramos que ayuda a definir más el espacio y nos gustó el color por su neutralidad. La pueden conseguir en Ikea.

2. la planta

Pues ¡seguro que pusimos una planta! Cambiamos la mesa rodante que había en esa esquina por una planta. Ésta es de Marshalls y fue amor a primera vista. Queríamos una bastante grande para esa esquina y quedó perfecta.

3. los cojines

Pues como dicen por ahí: necesitábamos un “pop” de color. Escogimos el amarillo para darle vida al espacio y utilizamos los cojines del sofá para eso. Combinamos patrones y sólidos pareando rayas gises y blancas con uno sólido amarillo, y uno de limones amarillos con uno gris sólido. Con excepción del de limones que es de Pottery Barn, el resto es de Marshalls.

4. la butaca

No debo de llevarme crédito por esto porque fue idea de mi prometido. El visualizó una butaca en ese espacio y, la verdad, yo no lo pude visualizar hasta verla allí. Entonces ¡me encantó! Buscamos una un gris más claro para hacer contraste tanto con el sofá como con la alfombra. Le pusimos uno de los cojines amarillos y ¡listo! Pareciera que siempre perteneció a ese lugar. También es de Marshalls.

5. la mesa de esquina

Otra cosa por la cual no debo de llevarme mucho crédito fue esto. Yo digo que éstas dos piezas (la butaca y la mesa de esquina) fueron los bebés de mi prometido porque fue su adición al espacio. Queríamos algo pequeño pero con personalidad. Lo encontramos en esta pequeña mesita de Marshalls (obvio). Nos encantó también que tiene una gaveta en la parte de abajo. La finalizamos con unas flores, una vela (con nuestro color “pop”) y el  “coffee table book” del Museo de Arte de Puerto Rico que solía estar en la mesa de centro.